"Es posible acostumbrarse tanto a no comer, que uno puede llegar a prescindir totalmente de la comida. La situación es mucho peor para aquellos que luchan contra el hambre, ya que pensar demasiado en comer sólo puede ocasionar problemas. Son los que están obsesionados, los que se niegan a aceptar los hechos."
"No importa cuánto puedan conseguir, nunca será suficiente; comen sin llenarse nunca, abalanzándose sobre la comida con una urgencia animal, escarbando con sus dedos huesudos y sin cerrar jamás las mandí bulas. Casi todo lo que comen se escurre, baboso, hacia la barbilla, y aquello que logran tragar, suelen vomitarlo pocos minutos después."
"Es una muerte lenta, como si la comida fuera un fuego, una locura, abrasándolo desde el interior. Piensan que comen para sobrevivir pero, en realidad, son ellos los que acaban siendo devorados"
"Resulta evidente que la comida es un asunto complicado y que a menos que uno aprenda a aceptar lo que se le ofrece, no se sentirá nunca en paz consigo mismo."
"No vale la pena, creo yo, arriesgar tanto a cambio del placer fugaz de comerse una naranja o un trozo de jamón cocido. Pero la gente es insaciable; el hambre es una maldición que acecha cada día y el estómago es un abismo sin fondo, un agujero tan grande como el mundo."
Estos fragmentos los sentí tan míos, que a pesar de mi relación con Ana en estos momentos, simplemente necesitaba compartirlos.
Sobre mi situación, por ahora solo debo decir que he abandonado tantas veces y por tanto tiempo que ya no se si soy Ana o no soy nada. Solo decir que he logrado bajar algunos kilos últimamente, con un poco de ayuda de Ana, no se si he vuelto, pero lo estoy intentando.
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